Nuestra experiencia como Mediadores en el ámbito comunitario nos lleva a implementar nuevas prácticas que faciliten que todas las partes implicadas tengan voz. Cuando la proyección de un conflicto abarca una comunidad, es ideal que todo aquel que de forma directa esté implicado o de forma indirecta se pueda ver afectado, pueda participar.
En los procesos de mediación comunitaria es cuando más razón de ser tiene la aplicación de las Prácticas Restaurativas, en concreto los Círculos Restaurativos.
Sus aportaciones más importantes:
-Reducen la probabilidad de reincidencia.
-Facilitan la restauración de relaciones entre las personas implicadas en un conflicto.
-Ayudan a crear un sentimiento de pertenencia a la comunidad.
-Favorecen la reparación de los daños causadas a la víctima.
-Aumentan la implicación personal y el grado de satisfacción general de los afectados por el conflicto.
Están diseñados fundamentalmente para recomponer las relaciones entre personas dentro de la comunidad, antes que para imponer un castigo, si bien el proceso puede incluir la restitución del daño causado.
Esta técnica intenta llegar a un acuerdo reparador de las partes, y asimismo, diseñar estrategias que permitan elaborar un plan de convivencia y mediación vecinal.
Podemos utilizar los círculos cuando:
-Todo marche bien (de un modo preventivo).
-Exista un conflicto abierto.
-Se observe un deterioro en la convivencia.
-Ante la existencia de problemas de falta de sintonía dentro de un grupo.
-Sea necesario compartir y abordar dificultades.
Jorge Cortés González. Mediador