Aída va de Mediación
Cada día son más numerosos los eventos que se organizan en pos de la divulgación de la mediación, si bien, y a pesar de todo este esfuerzo, no llega a calar del todo el mensaje, no hay una relación directa entre acciones de difusión de la mediación y el conocimiento y solicitud de la misma por parte del público en general.
El cambio de pensamiento “Ganar – Perder”, consecuencia de una forma contenciosa de resolver los conflictos, al del “Ganar – Ganar”, propio de la mediación, es algo que necesita de mucho tiempo hasta que se llega a interiorizar. Esto hace que la mayoría de los esfuerzos por difundir la mediación, basados en las bondades de la misma, queden sin dar sus frutos. Hace falta mucho más para cambiar una forma de pensar que está anclada en nuestro ser, no sólo desde nuestra infancia, sino desde generaciones y generaciones.
Hace unos días, cuando se hablaba de mediación alguien hizo este comentario: “…mediación… ahhh sí, una amiga mía de la playa se ha divorciado por la mediación y está contentísima, le ha ido muy bien, muy bien…” Para esta persona, lo importante no era ésta o aquella cualidad o efecto de la mediación, lo importante era “cómo se sentía la amiga”. Ella irá a mediación no por sus cualidades intrínsecas, sino porque a su amiga le fue muy bien cuando la usó para su divorcio, ahí está su confianza, ni sabe lo que es la mediación, ni tampoco le importa mucho.
Desde el momento en que la mediación puede solucionar algo concreto y específico de mi vida, es cuando se acepta, sin incluso conocerla a fondo, ni generando el más mínimo interés por conocerla, solo me guía la satisfacción, que para algo concreto, ha producido en otra persona de mi estima y en la que confío.
Por tanto, sería interesante centrarnos en dar a conocer la alegría de las personas agraciadas por la mediación divulgando casos concretos: divorcio, sucesión de empresa familiar, problema con el alquiler del local comercial, organización del cuidado de nuestros mayores,…
La clave está en el boca a boca, pero esto sería muy lento. Para acelerarlo lo más interesante sería apoyarse en los medios de comunicación y las redes sociales. Pequeñas cuñas, reseñas, que poco a poco fueran apareciendo en periódicos, radio, redes sociales, harían que la palabra mediación sonara, se conociera, y una vez así, la palabra “mediación” se conocerá como algo más que su acepción coloquial.
Pero la verdadera aplicación del boca a boca en este mundo mediático en el que vivimos, sería la aparición de la mediación en alguna serie de televisión de índole general. De tal forma que en una o dos series de éstas, tipo “Aída”, “Los Serrano”, “La que se avecina”, “Ana y los 7”, etc., si alguno de los protagonistas acudiera a una mediación y resolviera sus conflictos de forma natural a través de ella, daría un verdadero impulso, y unos minutos, en dos o tres capítulos, harían que en menos de un mes la mediación fuera conocida y valorada por media España.
Tenemos que tener presente que entre ser conocida y acudir a ella hay un espacio muy importante; los agentes sociales serán el nexo de unión necesario e imprescindible entre el ciudadano y la mediación. El agente social ampliará la información y, por lo menos en los primeros años, será quien pondrá en contacto directo al ciudadano con la mediación.
Aquí, y para que tengan un mayor conocimiento, sí sería muy interesante una divulgación mucho más monográfica y de más calado, incluso una pequeña formación sobre mediación que de alguna manera tuviera una repercusión positiva en la vida laboral o carrera profesional del agente social, lo que contribuiría bastante a su implicación con la mediación.
En resumen, sería muy interesante abrir más el abanico de divulgación de la mediación, insistir más en este nuevo boca a boca mediático sobre la satisfacción de los usuarios, a través de los medios audiovisuales y dirigida a la mayoría de la población, y al mismo tiempo, mantener la divulgación de las bondades de la mediación dirigida más específicamente a los agentes sociales.
Juan Ignacio Acuñas. Abogado y Mediador