En el año 2011 la Asociación Soluciona creó su Servicio de Mediación-Reparación Penal (SMP) para realizar mediaciones derivadas de los Juzgados de Instrucción y Penales de la Ciudad de Málaga.
Este Servicio fue pensado como un programa piloto inspirado en los principios de la justicia restaurativa, poniendo su énfasis en el acompañamiento a las víctimas, facilitando que los infractores asuman su responsabilidad en un ambiente propicio para el diálogo y la pacificación. Aunque no contamos con legislación específica en mediación penal, como sí pasa en el caso de la mediación en asuntos civiles y mercantiles, el Estatuto de la Víctima recientemente incorporado a la normativa, ofrece la posibilidad a quien ha sufrido un daño, de acceder a este tipo de servicios restaurativos.
El objetivo es trabajar para la reparación del daño sufrido. En algunas oportunidades el perdón y la reconciliación tardan mucho tiempo en producirse, otras veces es más fácil de alcanzar, pero tal vez el éxito de esta forma de ver la justicia resida en ofrecer una posibilidad real para el diálogo, en que tanto víctimas como ofensores puedan participar y tomar decisiones consensuadas.
La mediación penal, tal y como la venimos desarrollando en nuestra asociación, es sólo una modalidad dentro del nuevo paradigma de la justicia restaurativa: afrontar el conflicto penal desde la perspectiva de la víctima y el daño. Las soluciones que se alcanzan a través de las sentencias, aunque ajustadas a derecho, muchas veces no satisfacen todas las necesidades de los involucrados. Este conflicto es mucho más amplio y cuyas consecuencias se extienden más allá de las cortes.
En cuanto a la mediación penal, las reuniones o diálogos restaurativos, aunque con sustanciales diferencias entre ellas, son encuentros en las que los participantes asisten en forma voluntaria. Centramos nuestra atención y trabajo en el reconocimiento y la reparación
del daño sufrido, tanto sea físico como emocional, individual o social y; a las necesidades conexas de todos los afectados en la medida de lo posible. De esta manera intentamos que las partes miren hacia el futuro, expresen sus sentimientos y puedan dar y recibir explicaciones y disculpas. Muchas veces nos enfrentamos a la expresión de sentimientos negativos como vergüenza, humillación, angustia, enojo, etc., pero sabemos que la expresión de las emociones y sentimientos ayuda en cierta medida a reducir su intensidad.
La Asociación Solucion@ tiene el privilegio de ser una de las entidades pioneras en mediación penal con adultos en la ciudad de Málaga. Durante estos años hemos venido desarrollando nuestro trabajo con equipos de mediación, es decir que gracias a la co-mediación, podemos asegurar una visión trasversal del conflicto. Contamos con abogados, psicólogos, trabajadores sociales y otras profesiones con pleno convencimiento en la mediación.
Esta nueva forma de interpretar la gestión del conflicto penal aporta ventajas a la hora de su resolución, alcanzando de un modo u otro, a todas las partes involucradas.
Ventajas para las víctimas.
Para las víctimas esta forma de afrontar el conflicto penal ofrece la posibilidad de confrontar con el ofensor y con el impacto causado por la ofensa. El poder expresar sus sentimientos frente a frente y de forma libre, el poder pedir y recibir disculpas, y obtener respuestas a sus preguntas y dudas.
Otra posibilidad es la de obtener la reparación del daño sufrido ya que se está resolviendo el problema directamente con quien lo provocó. Esto permite que se pueda finalizar el conflicto sin la necesidad de continuar con el proceso judicial.
Esto no significa que el ofensor pueda eludir la responsabilidad penal dentro del proceso judicial (salvo en casos leves y previstos por la ley), ya que la justicia restaurativa cubre las necesidades morales que emergen del ilícito.
Para muchas víctimas también es importante saber que el ofensor se comprometerá a no repetir esa conducta, es la tranquilidad de saber que no habrá otra persona que se vea en esas circunstancias. Y esto se relaciona con la solidaridad que profesan las personas.
Ventajas para los ofensores.
Para los infractores ésta es una oportunidad única de enmendarse frente a la víctima, de rectificar, pedir y ofrecer disculpas. Ser visto como una persona que se equivocó, no como un delincuente, de quitarse esa etiqueta tan pesada. Asumir la enmienda directamente con la persona que resultó damnificada. En muchas oportunidades (al igual que en las condiciones descritas anteriormente) también el ofensor evitará la persecución de la justicia logrando un acuerdo reparador.
Obtener el perdón de parte de la víctima, para aquellas personas arrepentidas es muy importante. Muchas veces, en especial con los reincidentes, los infractores entran en la dinámica judicial pasando por ella como quien cumple con un trámite. Jueces, fiscales, defensores, cumplen un rito ajeno, que no les pertenece. Esta es una de las únicas oportunidades que tendrán de poner cara y voz a la víctima, en un ambiente contenido y apoyado por profesionales con experiencia.
Ventajas para la comunidad.
Las herramientas que ofrece la justicia restaurativa, centran su enfoque también en la comunidad. Es decir el concepto de víctima se amplía a la sociedad, a todos aquellos a los que el hecho perjudica, en mayor o menor medida. Así nos encontraremos con las necesidades de las familias, amigos, compañeros de trabajo, vecinos, profesores, autoridades, etc., dependiendo del tipo de hecho dañoso producido y del contexto donde se produce: familia, trabajo, escuela, comunidad de vecinos, barriada, etc. Se pretende con esto que la comunidad se involucre, favoreciendo la aplicación de la justicia (como valor social) en forma directa y participativa. El fin de esta participación democrática (se invita a participar, no es obligatoria) es la construcción del bien común y la pacificación social.
Patricia Estela Barcones, mediadora