La importancia de las palabras (II.1)

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Victor Mencía Almansa

Patriarcado VS Mediación

“Quien es feliz, hará felices a los demás también.”   (Anne Frank)

Este artículo está dirigido principalmente a aquellas personas que no se cuestionan lo que  el sistema establecido espera que hagan, creen que son felices, pero en el fondo saben que están “alimentando” esa máscara anónima, contraria a sus ideales.

 

En todo momento se ha evitado hacer apología de los “ismos” (machismo, feminismo, victimismo, etc…), que pudiera desvirtuar el verdadero objetivo de fomentar la Mediación como herramienta de Cultura de Paz. Lo que no es contrario a tener que exponer episodios desafortunados de la Historia de la Humanidad.

 

 INTRODUCCIÓN

Dada la complejidad del tema planteado, se entiende que la exposición requiere de una cierta extensión. Y por ello se ha visto conveniente fraccionarlo en varias entregas. 

 

De esta forma, si el tema base es “La importancia de las palabras” refiriéndose a la relación entre el Patriarcado y la Mediación, en esta primera entrega (II.1) se desarrolla el contexto histórico, la definición y el origen… del Patriarcado; más adelante (II.2) se expondrán referencias de cómo “las palabras” tienen una función concreta en la hegemonía del Patriarcado; y finalmente se abordará la hipótesis antagónica “Patriarcado vs Mediación”.

 

Se ha determinado que este artículo, es continuación de la línea de investigación del anterior: “Las partes – Los participantes. Pequeño galimatías sobre la intencionalidad de las palabras en la Mediación.” 

 

Sin más preámbulo, pasamos a desarrollar los puntos considerados relevantes:

 

01.- CONTEXTO HISTÓRICO:

 

.- Paleolítico (hace 300.000 años – 9.000 a.C.):

 

En esta época el clima era glaciar o interglaciar (muy frío – frío). Nuestro antepasado era nómada, desplazándose continuamente hacia los lugares menos fríos y más favorables para poder subsistir. 

 

Se desconocía la relación entre la copulación y la procreación. Sabían quiénes eran las madres, abuelas, etc…, mujeres responsables de los descendientes…, pero desconocían en absoluto quiénes eran los padres, abuelos, etc…, hombres que los habían engendrado. Atribuían el protagonismo de la descendencia exclusivamente a la mujer y también a causas divinas (Diosa de la Fertilidad o Diosa Madre). La procreación y crianza de los menores, era visto como un signo de superioridad.

 

Los hijos eran cuidados por todos los miembros de la comunidad. La mujer que tenía hijos, solía tener muchos hijos, siendo también un motivo de mortalidad. Los clanes eran por tanto Matrilineales (diferente a Matriarcal).

 

Durante mucho tiempo la alimentación fue vegetariana y esporádicamente carroñera. Cuando el rendimiento de la caza era todavía modesto, la monogamia aún no se había instaurado.

 

Con la ayuda de las “abuelas” (mujeres que ya no tendrían hijos) dedicadas a la crianza de los hijos de la comunidad, surge el concepto de “infancia”, son consideradas como fuente de sabiduría, y se duplica la esperanza de vida, lo cual supuso uno de los motivos principales de supervivencia de la especie Homo Sapiens. A Homo Neandertal no le dio tiempo a despertar esta función, y finalmente terminó desapareciendo.

 

 

.- Mesolítico (9.000 – 7.000 a.C.):

 

Hacia el 8.000 a.C. termina el período de las glaciaciones, donde el clima del planeta pasará a ser postglaciar (frío – templado). Empiezan a proliferar los poblados entorno a los ríos. El hombre empezó a establecerse, siendo esta una época de transición del nomadismo al sedentarismo. En los poblados no había murallas, pues no era necesario defenderse de nadie (carácter pacífico).

 

Las pinturas rupestres son originarias de esta etapa. Se inició la domesticación de los animales. Los instrumentos de cacería se hicieron más elaborados y de menor tamaño. El hombre se convierte en cazador de alto rendimiento, y gracias a las proteínas de la ingesta de carne se propicia el desarrollo del cerebro (evolución). 

 

.- Neolítico (7.000 a.C. – 3.000 a.C.):

 

Con la aparición de la agricultura, la ganadería y la domesticación de animales, de crearon los primeros poblados donde la vida de nómada había dejado paso a una vida más sedentaria, tecnológica y social. 

 

Todos los miembros de los poblados eran iguales y libres. El trabajo y la habitación eran colectivos. Se realizó el reparto de las tareas, asignando la caza y la cría del ganado a los hombres; y la recolección, el cultivo, la alfarería y los trabajos domésticos a las mujeres. 

 

Existieron crisis climáticas que influyeron bastante en los comportamientos sociales. Algunos pueblos que basaban su producción en la agricultura, prosperaron mucho más que otros. Las hambrunas de los menos afortunados despertaron la envidia hacia los más afortunados, que derivaron en las primeras guerras.

 

Una primera cultura neolítica (pre-alfarera) se instaló en Turquía (7.500 – 6.500 a.C.) Fue sustituida por otra «invasión» desde el norte, Anatolia, que duró también unos mil años (6500 al 5500 a. C.). Le siguió otra cultura (5.500-4.500 a.C.)… 

 

Sumeria fue la primera civilización que surgió en Mesopotamia. Sobre el 3.000 a.C. los sumerios crearon un conjunto de ciudades-estado cuya economía se basaba en el regadío, donde gobernaba un rey absoluto, que se hacía llamar “vicario” del dios protector de la ciudad. Fueron los primeros en utilizar la escritura (cuneiforme), destinada a llevar las cuentas administrativas de la comunidad. 

 

Se empieza a relacionar la cópula con el embarazo. La influencia del descubrimiento de la paternidad supondría uno de los cambios más grandes en la Historia de la Humanidad. Ya que si durante cientos de miles de años, se había visto como signo de superioridad a la mujer por la maternidad y se había venerado a la Diosa de la Fertilidad y la Diosa Madre, a partir de entonces estas prácticas van desapareciendo. Este hecho, junto a la decisión de sumar el máximo de miembros en el poblado para garantizar la estabilidad, haría que la principal dedicación de la mujer fuese la maternidad y la crianza de los hijos, pasando a ser dependiente del hombre.

 

.- A partir del 3.000 a.C.:

 

Se fabrican utensilios con un mejor acabado, así como armas, adornos de cobre o bronce. Empiezan a aparecer las primeras pirámides, que se extenderán por todo el planeta como símbolo del poder basado en una estructura piramidal (en lo más alto está el Rey; o como en Egipto, el hijo de Dios). Aparecen estatuillas de piedra, donde la expresión de la cara de la mujer denota una cierta tristeza, esfuerzo y dominación. Son confirmaciones que señalan que el hombre ya había comenzado su dominación de poder sobre la mujer, y se encontraba totalmente inmerso en la cultura del Patriarcado.

 

Se habían creado sociedades más organizadas, que generaban excedentes de producción, cuyos patriarcas deseaban transferir sus riquezas a sus herederos. Se crean las clases sociales. Se elaboran las primeras leyes para “ordenar” la agricultura y la ganadería.

 

Nace la prostitución (incluso la prostitución religiosa). Se institucionaliza la subordinación femenina en el contexto de la familia. Las figurillas de los hombres mostraban atuendos patriarcales con expresión dura. El poder de las antiguas diosas fue desapareciendo paulatinamente, convirtiéndolas en monstruos, a través de mitos que la degradan.

 

Surgen grandes imperios y civilizaciones, asignando nuevas fronteras, renombrando ciudades, sirviéndose de la destrucción y la fuerza, en una espiral de barbarie jamás conocida hasta entonces por la Historia de la Humanidad. 

 

La Antigua Grecia (1.200 – 146 a.C), terminó siendo conquistada por la civilización romana. De ellos heredamos entre otras cosas la “democracia” (“el poder del pueblo”), inventada por los atenienses para definir un sistema de gobierno de la ciudad donde las decisiones se tomaban en una asamblea de ciudadanos, en la que no podían ser ni mujeres, ni esclavos, ni extranjeros, ni rey, ni emperador. Aristóteles consideraba que la mujer estaba sometida al hombre, pero que se encontraba por encima de los esclavos; dijo: “El macho es por naturaleza superior y la hembra inferior; uno gobierna y la otra es gobernada; este principio de necesidad se extiende a toda la humanidad.”

 

En el Antiguo Egipto sobre el año 4.000 a.C. se habían agrupado las primeras comunidades para hacer habitable el país. En la época del Imperio Nuevo (1.567-1.085 a.C.) expandió sus dominios conquistando pueblos vecinos. La última dinastía fue derrocada por los persas (341 a.C.), quienes a su vez fueron sustituidos por gobernantes griegos y romanos (30 a.C.).

 

La Antigua civilización romana se fundó en Roma (753 a.C.). Se expandió por todo el territorio entorno al Mar Mediterráneo, dividiéndose en el Imperio Romano de Occidente (hasta 476 d.C.), y el Imperio Romano de Oriente (hasta 1.453 d.C.). El Derecho Romano es la cuna de nuestro ordenamiento jurídico.

 

La civilización islámica dominó casi toda la Península Ibérica desde el 711 d.C. hasta el 1.492 d.C. La Reconquista cristiana iniciada por los Reyes Católicos  en las montañas del norte peninsular hasta la toma de Granada (1.492), provocó que la población musulmana que quedó en la península se convirtiese al catolicismo, o bien los de creencias más arraigadas, marchasen a La Alpujarra (Granada) hasta su definitiva expulsión.

 

En el último medio milenio, se han logrado cotas de aceptación de la igualdad hombre-mujer que se acercan a la “paridad”, pero aún sigue existiendo la desigualdad. Las nuevas tecnologías facilitan que la conciencia colectiva sea más abierta y camine firmemente hacia un objetivo de LIBERTAD.

 

 

02.- PATRIARCADO:

 

02.1.- DEFINICIÓN:

Podríamos definir el Patriarcado como una época de la Historia de la Humanidad (iniciada hace varios milenios y aún vigente), en la cual hombre y mujer se han desidentificado de ser dos partes de la misma entidad a la que llamamos “Humano”, y en la que cada uno de los dos entran a representar un rol muy característico de víctima-victimario. 

 

 02.2.- ORIGEN:

 Existen 2 evidencias que pueden orientarnos sobre el origen del Patriarcado:

 

  1. NO EXISTIRÍA PATRIARCADO CUANDO…: Éramos nómadas, no teníamos excedentes de producción, ni ambicionábamos que nuestros hijos lo heredasen, ya que se desconocía la paternidad, el cuidado de los hijos estaba a cargo de todos los miembros de la comunidad por tanto no existía el “cabeza” de familia ni la monogamia, la procreación y crianza de los menores era considerada signo de superioridad de la mujer, venerándose a la Diosa Madre o Diosa de la Fertilidad. Se define a esta época como Matrilineal. La evidencia de esta época son las figurillas de barro, como la Venus de Willendorf (22.000 a.C.). 

 

  1. HA EXISTIDO EL PATRIARCADO CUANDO…: Nos hicimos sedentarios, luchábamos en guerras por conquistar otros poblados, el hombre había perfeccionado la caza y descubierto su paternidad, había excedentes de producción que ambicionábamos transferírselos a nuestros hijos propios, existía el “cabeza” de familia, la mujer tenía su casi total dedicación entorno a la crianza de los hijos y la recolección para garantizar la supervivencia del poblado, había aparecido el concepto de “celos”, “adulterio”, etc…

 

 Ya en el 4.000 a.C. se daban estas condiciones, que posteriormente se materializarían como vestigios inconfundibles del Patriarcado. Con la construcción de las primeras pirámides, se denotaba la estructura piramidal de la sociedad y al mismo tiempo se justificaban los motivos religiosos (el faraón era el elegido por Dios). 

Así mismo, han aparecido restos arqueológicos que evidencian asesinatos entre humanos, en torno al 10.000 a.C.. Lo cual nos insta a pensar que lo más sensato, sería ubicar el origen del Patriarcado con anterioridad al 10.000 a.C.

 

 

02.3.- REFLEXIONES:

 

. -Se ha descubierto que los primeros enterramientos humanos con rituales y conciencia de lo trascendente, se hicieron en Atapuerca hace unos 300.000 años.

 

.- No es lo mismo cazar animales que asesinar a un humano. Cuando los primeros humanos asesinamos a otros humanos (10.000 a.C. según evidencias arqueológicas), posiblemente tuvimos sentimientos que nunca antes habíamos sentido, como un dolor inmenso en nuestro interior que no podíamos mitigar. El mundo habría cambiado para nosotros en cuestión de momentos. Ya no era el anterior vergel que cuando había necesidad de comida, cazábamos y ya está. La situación era diferente para nosotros y para los que estaban con nosotros. Ahora teníamos que cargar con un peso moral enorme por algo de lo cual éramos responsables, y que nos perseguiría fuésemos a donde fuésemos (“Pecado Original”, Caín-Abel,…). A partir de entonces surgiría la necesidad de protegernos de posibles represalias de los clanes abatidos. Despertaríamos el miedo a los demás, miedo a nosotros mismos, miedo a qué nos pasaría a partir de entonces…, en definitiva… ¡miedo a sentir!

 

El hombre se sentiría tan mal y tan traicionado consigo mismo, que probablemente cargaría contra su compañera, haciéndola responsable de su propia frustración. A partir de entonces probablemente fue que empezaríamos a manifestar que nuestras mujeres ya no eran esos seres tocados por la providencia divina de la maternidad…, sino que también eran partícipes de ese “pecado original”, o mejor para nosotros los hombres que eran ellas las totales responsables de dicha culpa (Adán-Eva, la manzana…). Ella se sentiría tan pequeña por asumir toda la culpa con tal de empatizar con su hombre, que estaría dispuesta a sentirse como si hubiese “nacido de una costilla de él”. 

 

Las sagradas escrituras describen en Mesopotamia la cuna de la Humanidad, donde dicen que se ubicaba el Paraíso (el Jardín del Edén). Ese pudo ser el “punto de inflexión” de la Humanidad, en el que hombres y mujeres en estrecha colaboración, forjamos un destino fatal: uno sería el “victimario” y otro la “víctima” (masculino / femenino). Un mismo destino, dos formas de entenderlo. ¡El yin-yang de la DESIGUALDAD! ¡Cómo hay que estar para llegar a cometer tales atrocidades!

 

Con el nuevo rol del hombre como “Patriarca”, durante siglos utilizamos “a nuestro favor” dicho poder mal entendido, para silenciar a la mujer, tachando todos aquellos símbolos de poder femenino (Diosa de la Fertilidad o Diosa Madre) que antes habíamos venerado, y los transformamos en mitos cuyos destinos corrían la más cruel de las fatalidades, como violaciones, etc… Se pretendió inculcar que la mujer no tenía historia, hasta lograr que las siguientes generaciones se lo fueran creyendo. Se les privaba de la cultura como medida de control y manipulación, para esconder la vergüenza y así no tener que responsabilizarnos solidariamente de lo ocurrido originalmente (“Pecado Original”, Adán-Eva…, la manzana…).

 

Con toda esta vorágine de desinformación, abusos, atrocidades, desigualdades, etc…, la Humanidad olvidamos quiénes éramos, de dónde veníamos y qué es lo que habíamos venido a hacer. Fue entonces que surgieron las principales Religiones monoteístas, encaminadas a Trabajar el Poder Divino, la Sabiduría Divina y el Amor Divino, con el objeto de dar la mayor Luz posible a ese período de tanta oscuridad. Pero incluso así, utilizamos a la religión como excusa para seguir manteniendo el mismo rol del Patriarcado, cayendo en la manipulación extrema del poder (Santa Inquisición, en la que murieron por la “Caza de brujas” unos 9 millones de mujeres, por tener iniciativa propia y querer buscar la libertad e igualdad; “Las guerras santas”; etc…)

 

.- Hay estudios que evidencian que las primeras guerras entre poblados, pudieron surgir por las necesidades de unos pueblos sumidos en la pobreza, la hambruna y la escasez (crisis climáticas), que veían en el uso de la fuerza hacia otros pueblos prósperos, una salida a su precaria situación.

 

En algunos de esos casos, para evitar dichas guerras, se empezó a utiliza a la mujer como “moneda de cambio”, al fomentar la abundancia a través de la procreación en los pueblos más desfavorecidos. Tras esta situación la mujer directamente empezaba a convertirse en “víctima” y el hombre en “victimario”. En otras ocasiones, los pueblos más desfavorecidos terminaban promoviendo dichas guerras, que en esa época las mujeres se quedarían en sus poblados protegiendo a los menores. Estos hechos podrían haber facilitado que el hombre viese una “oportunidad” de dominación sobre la mujer. La Historia nos confirma que es justo lo que sucedió.

 

Desde entonces, la mujer comenzaría su andadura de sometimiento y desigualdad, disponiendo de menos tiempo libre y confinada a tareas en el seno familiar, como medida para ser controlada, garantizando así el nuevo rol del hombre: el Patriarca.

 

A partir de ese momento el hombre entraría en una espiral de desigualdad sin precedentes en la historia de la Humanidad, y la mujer participaría durante milenios en el proceso de su propia subordinación. La identidad del Patriarcado era por tanto la dominación, la barbarie, y sobre todo LA GUERRA. En muchas sociedades, el hombre viviría principalmente por y para la guerra; y la mujer…, para él.

 

.- Si bien es importante conocer la Historia para aprender de ella, en lo que se refiere al Patriarcado, seguimos a una cierta distancia de aceptar que somos (hombres y mujeres) los verdaderos responsables de lo sucedido. Solo si estamos dispuestos a aceptar que en algún momento de nuestra Historia nos “perdimos”…, estaríamos en disposición de “encontrarnos”, y ser libres. Solo aceptando – comprendiendo que somos responsables de nuestras propias creaciones, podremos recuperar el “poder” sobre nosotros como personas. 

 

Todo lo que nos sucede es por algo, lo hemos atraído porque así habíamos aceptado previamente que veníamos a vivirlo. Si ahora que vivimos los “efectos” de aquellas “causas” preferimos mirar para otro lado y decir: “¡la culpa la tienes tú…!”, ¿qué habremos aprendido?

 

De nada nos sirve nombrar cada una de las atrocidades que se han cometido en el nombre de esta desigualdad, si no somos capaces de sacar un mensaje positivo de todo ello.

 

.- De nada nos sirve decir que la culpa la tienen los cambios climáticos, o un cambio en el magnetismo terrestre, o que “el hombre es bueno por naturaleza pero la sociedad le corrompe”, o que la mujer se dedicase a la maternidad de forma casi exclusiva y el hombre a la caza, o que fueron por las guerras entre poblados desiguales, etc…, todo eso no es más que seguir dejando la puerta abierta (víctima-victimario), alejándonos de ser nosotros mismos y distanciándonos en el tiempo de nuestra propia sanación.

 Victor Mencía Almansa, arquitecto, mediador de Solución@

 

REFERENCIAS:

(1)  El origen del Patriarcado (Conferencias de May Montoya. Educadora infantil, escritura Creativa y Narratología,…)

(2)  Formación de Crecimiento Interior y apertura de Conciencia. Jorge Lázaro León

(3)  ¿Cuándo ocurrió la primera guerra en la historia de la humanidad?

(4)   Los primeros enterramientos humanos con ritual se hicieron en Atapuerca

(5) El origen de la humanidad 

(6)   Etapas de la prehistoria 

 (7)  El origen del Patriarcado (Lucía Battista Lo Bianco . Docente)

(8 )  El origen del Patriarcado (Gerda Lerner) 

(9)  El hambre nunca tuvo que ver con la falta de alimentos

(10)  El paraíso terrenal. El Génesis ya narraba la evolución periodizada varios siglos después.

 

 

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