Ayer despedimos Tardes de Mediación hasta después del verano.
Fue una tarde inolvidable donde pudimos escuchar de la mano de nuestro compañero abogado y mediador José Castilla su experiencia en los Encuentros Restaurativos en delitos de terrorismo, la llamada Vía Nanclares, que tantos sentimientos encontrados ha venido despertando.
En la tertulia nos acompañaban una policía, un juez de instrucción, un funcionario de prisiones, secretario judicial, maestros, abogados, psicólogos, trabajadores sociales, psicopedagogos, graduados sociales, la mayor parte de estos con formación en mediación, compañeros de distintas asociaciones de mediadores, cada uno de los cuales a petición de nuestro tertuliano hubo de definir en una palabra la sensación que les provocó leer el título de esta convocatoria: sorpresa, duda, posibilidad, dificultad, expectación, dolor, esperanza…..
Cuando José Castilla comenzó a relatar su experiencia se hizo el silencio y la emoción se instaló bien tangible en el círculo, como uno más de los tertulianos.
La piel erizada, en casi todos los presentes, recordando retazos de tragedias, lágrimas de quienes vivieron esta situación de terrorismo muy de cerca décadas atrás y afirmaciones desde el conocimiento profundo del mundo de la prisión en el sentido de que quizás esta experiencia que terminó de manera drástica, fuese » la única vía para acabar con el rencor y seguir adelante».
Preguntas, respuestas, silencios ……..se dieron las circunstancias idóneas para vivir intensamente ese tiempo de tertulia y salir con esperanza en que es posible, incluso en situaciones tan terribles, ver mas allá de unos hechos que truncaron vidas y recuperar la mirada en los ojos del otro.
Gracias a nuestro compañero por su generosidad y a todos y todas presentes ayer.
Inmaculada Jiménez.